Denominación de Origen Pago
Singularidad reconocida
En 2019 la Unión Europea reconoció esta tierra como Denominación de Origen Pago.
Se trata de la máxima distinción que puede recibir un viñedo o bodega, y reconoce la singularidad y excelencia de vinos producidos en un área geográfica específica. A diferencia de las DO tradicionales, que abarcan regiones vitivinícolas más amplias, la DOP se aplica a un "pago" específico, es decir, una finca o un paraje con características edafoclimáticas (suelo y clima) únicas que influyen en la calidad y personalidad de los vinos.
Mayor grado de exigencia
Para obtener la DOP, se debe cumplir con estrictos requisitos de calidad y trazabilidad. Esto implica que toda la uva utilizada en la elaboración del vino debe proceder del mismo pago, y la bodega encargada de su producción también debe estar localizada en el pago. Además, la viticultura y enología aplicada deben estar enfocadas a realzar las características distintivas del terruño.
Singular a todo lo que nos rodea
El viñedo
En la constitución de los vinos de este Pago, de los que los franceses llaman terroir, nos encontramos unas muy españolas Tempranillo y Graciano, a las que escoltan las bordelesas Cabernet Sauvignon y Merlot en tintos, así como Sauvignon Blanc en blancos.
Un exhaustivo estudio del potencial de las diferentes parcelas-suelos de la finca, junto con la elección de la variedad más adecuada en cada caso, moldea las características organolépticas de unos auténticos gigantes sensoriales.
El suelo
El suelo de nuestro Pago es una entidad viva, compleja y singular, que influye directamente en la calidad de nuestros vinos y refleja con autenticidad las características únicas de nuestro entorno. Al reunir estas condiciones excepcionales, podemos producir un vino fiel a nuestro terroir y digno de la máxima distinción que ofrece la viticultura en España.
Suelo franco
Suelos ricos en guijarros gruesos de aluvión, sin duda erosionados por el antiguo transcurso de agua que había en la zona.
Obtenemos:
Vinos con notas minerales, complejos en matices y expresivos.
Suelo franco arenoso
Suelos profundos con un alto componente en texturas arenosas compuestos principalmente silicatos.
Obtenemos:
Vinos muy intensos y equilibrados por el alto estrés hídrico al que se somete la planta por las arenas profundas que percolan el agua.
Suelo franco arcillo arenoso
Suelos de profundidad media, con gran capacidad de intercambio catiónico y muy ricos en cuarcitas.
Obtenemos:
Planta con buena disposición de nutrientes que da vinos de intensidad media alta, con alta intensidad colorante.
El clima
Influencia en la calidad y características del vino
La privilegiada situación de las 77 hectáreas de viñedo arropadas por 92 hectáreas de monte compuesto por encina y pino le confiere un microclima diferenciador, además de dotar a los vinos de toques balsámicos que, junto al mayor contenido mineral de los suelos de origen fluvial, contribuye a producir unos vinos complejos, intensos, aromáticos y amplios, con marcadas notas minerales y aromas balsámicos.