CRIANZA, CUANDO UN BUEN VINO SE HACE EXCELENTE.
Una vez que hemos finalizado el proceso de vinificación pasamos ahora a la crianza, cuando un buen vino se hace excelente.
Recuerda que para llegar a este punto hemos determinado el punto óptimo de vendimia, realizado el proceso de vendimia y la elaboración del vino o vinificación, todo ello lo puedes encontrar en los artículos anteriores. Hablamos ahora del paso del vino por la madera de las barricas.
En este artículo por tanto con el siguiente paso en el proceso de elaboración del vino. La crianza de los vinos de Pago de La Jaraba es lo que aporta el equilibrio y la complejidad aromática que nos caracteriza, la madera estiliza nuestros vinos.
La crianza es una de las fases más importantes en la elaboración de vino. Es una de las etapas más largas y que más puede impactar en las cualidades organolépticas, influenciando tanto sobre el perfil aromático como el gustativo del vino.
Modelar el vino del año para potenciar los caracteres positivos y conservarlos en el tiempo, y a la vez eliminar o minimizar los negativos es una tarea difícil, que requiere gran experiencia. Para la crianza, los enólogos escogen las distintas maderas que se pueden encontrar en el mercado: Roble francés, americano, caucao…
La elección de la madera viene determinada por el estilo de vino que se pretende obtener, en nuestro caso apostamos por maderas de roble francés de gran fino que aportan un equilibrio perfecto con la fruta y unos deliciosos toques a vainilla y toffee.
A través de la madera podemos reforzar el frescor, aumentar la intensidad de la fruta, buscar complejidad aromática y al mismo tiempo aumentar el volumen del vino y mejorar el dulzor. Estos son los objetivos del uso de la madera.
“La crianza de los vinos de Pago de La Jaraba es lo que aporta el equilibrio y la complejidad aromática que nos caracteriza, la madera estiliza nuestros vinos.“
Los tostados de la madera
Después solo queda escoger el tostado de la madera. Esta es la firma del tonelero. Los aromas del tostado pueden ser de vainilla, caramelo, moca, especiados, ahumados o tabaco. Todos ellos complementarán la gama aromática del vino.
Las maderas sin tostar son aromáticamente menos intensas que las tostadas, y permiten trabajar el volumen en boca limitando el impacto aromático y reforzando la fruta.
Es necesario ser cuidadoso con la calidad de la madera, ya que un secado deficiente proporciona «maderas verdes» que pueden aportar a nuestros vinos una serie de aromas secantes y vegetales indeseados, echando por la borda toda la labor realizada hasta ese momento.
Tiempo de crianza en barrica
Los tiempos de crianza del vino serán distintos y darán como resultado vinos diferentes. Hay que tener en cuenta además, que debemos dejar el vino redondear el mismo tiempo en botella del que ha estado en la barrica.
De este modo, cuando nos encontraremos con un vino crianza, lo más habitual es que este en la barrica un periodo mínimo de seis meses y otros seis meses en la botella. Si es reserva, lo normal es que el vino este 12 meses en la barrica y 12 meses en la botella antes de salir al mercado. Aunque los tiempos pueden variar dependiendo de las denominaciones de origen.
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